Valencia según… Emili Piera
-Extracto publicados en Magazine, por Emili Piera–
«Si yo tuviese que ir a Valencia, elegiría el tren, y no sólo porque es seguro y civilizado medio de locomoción, sino también porque me permitiría entrar por la estación del Norte (que está al sur). En los murales, mosaicos azulejos y almenas de este lugar público está condensada la Valencia agrícola y patricia, que construyeron algunos caballeros favorecidos por la fortuna que gastaban patillas del tamaño de una bayeta, la Valencia de su “Himne”, llena de “paladines de arte” y tapices “de arrayán y de rosas finas”. Y no todo es pasado: el frenético trajín de cercanías es la sístole y diástole que inunda el sistema circulatorio de la ciudad.»
«Si ya le parece mucha piedra y asfalto, aguarde a conocer las vías de desaforado crecimiento de la ciudad, siguiendo la línea de la carretera de Llíria y el conglomerado de la Ciutat de les Arts y les Ciències, donde todo es blanco, mayúsculo, hiperbólico, como en la boda de la primogénita de un naranjero. El vejo Turia, convertido en paseo lineal, se ha tapizado de verdura en los sentidos del agua y tiene lago, barcas, carril-bici, un promontorio artificial y un trasiego de escolares y razas oscuras que se pasean el terreno porque pasear todavía es gratis. Al sur, la Devesa y la Albufera; al este, la America´s Cup, y al norte lo que queda de huerta.»